Solía decir que soy propensa a tener crisis existenciales como si fuera algo malo hasta que un compañero de trabajo me dijo que el vivía en una crisis existencial constante con pequeños picos de lucidez.
Y, me gustó mucho más su visión, sin juicios.
En mi caso, las tengo a priori cada x años. Saber identificarlas ayuda, pero a veces vienen de sopetón y otras tal vez las busque yo misma, ni confirmo ni desmiento.
Me impactó descubrir que en el ámbito terapéutico existen profesionales especializados en abordar las crisis existenciales. Luego, reflexionando, dejó de ser tan impactante y pasó a ser claramente necesario.
Pienso que estas crisis vienen del inconformismo, de la búsqueda constante, de la curiosidad, de la frustración también, de la libertad. Ese Pepito Grillo que silenciamos continuamente.
Con ellas suelen venir cambios, ni buenos ni malos, pero cambios.
Así que si estás ahí… date tiempo pero estate alerta. ¡Algo se está moviendo en ti!
Y esto no va de ser la generación de cristal. ¡Va de la vida! De aprender a escucharse en esta rutina y piloto automático constante.
Te lanzo 2 preguntas:
¿Cuando fue la última vez que hiciste algo por primera vez?
¿Qué fue?
Aquí te recomiendo encarecidamente el podcast de Valeria: Participantes de un delirio
Hay cosas que nadie nos explica. Y luego cuando haces POP ya sabemos como sigue el eslogan.
Y quiero desglosar un poco los factores, por denominarlos de alguna manera, que mencionaba al inicio.
Inconformismo y búsqueda constante:
Y esto me lleva al propósito de vida tan sobado de estos últimos años y que tanto te puede hacer tambalear.
Curiosidad y frustración:
De nuevo me viene el propósito a la mente, la búsqueda de respuestas. Y es que hay veces que no hay una respuesta correcta y eso duele, confunde, y tambaleas de nuevo.
Libertad y responsabilidad:
Menudo temazo. ¿La libertad empieza donde termina la del otro? Aquí hay debate. Además viene condicionada por una serie de responsabilidades tan dispares como personas hay en este mundo.
Y es que este tema sale entre mi circulo con frecuencia o puede que lo saque yo misma a menudo. Bien, es que tenemos la suerte de conocer mundo, de ver distintos estilos de vida, de vivir fuera, de regresar, de conocer personas que te marcan otras que mejor ignorar.
Todas estas cosas eran, cuando menos, otro rollo años atrás. ¿Cómo no nos vamos a sentir así en distintos momentos de la vida?
Abrazar la rutina es algo tremendamente difícil si tus anhelos están a horas luz, cuando hay miles de cosas por aprender y el FOMO aprieta. Estar consciente es brutalmente aterrador y necesario. Pero es muy importante recordar abrazar quien eres mientras te conviertes en la persona que quieres ser.
Yo estoy en ese lugar como decía en el inicio del artículo constantemente con algunos momentos de claridad.
Lo que no hago ya es silenciar a mi Pepito Grillo, esa voz interior que me invita a reflexionar más.
También sé que para mi no tienen porqué ser negativas pero sí desafiantes. Y si no puedes sola, ya sabes que hay profesionales especializadas.
Déjame decirte que: Ir a terapia es de VALIENTES.
Finalizo con la canción de forma parte del subtítulo: